Querida familia hispana de la IPHC en EE.UU.
Como el apóstol Pablo escribió en Filipenses 1:3 ” Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros”. ¡Bien sea que se encuentren en EE.UU., el centro o el sur de América, nuestros hermanos hispanos son de gran bendición para la familia global de la IPHC! El amor que demuestran por Jesús y el profundo sentido de colectividad, son inspiración total.
Escribo para expresarles el amor que la IPHC tiene para con ustedes como nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Ustedes son parte vital de lo que el Espíritu Santo nos ha llamado a testificar: el amor, la verdad y la paz de Jesucristo.
Como saben, el Espíritu Santo ha convocado a la IPHC a ser un “Lugar de esperanza y gente de Promesa” (Isaías 54:2, 3). Ahora más que nunca, el Espíritu de Dios nos llama a poner en práctica dicha visión.
La pasada elección presidencial se llevó a cabo con muchas respuestas, dejando al final a algunos muy alegres, a otros muy tristes, y a otros tantos en medio del temor y la incertidumbre. Las políticas de ambos candidatos a la presidencia contaron con elementos preocupantes y aterradores para demasiadas personas.
Ahora, en vista de los comentarios hechos durante la campaña por el presidente electo Trump, las comunidades compuestas por inmigrantes dentro de EE.UU. se encuentran bastante preocupadas por el futuro.
Debido a tales preocupaciones, deseo animarles y dejarles saber de nuestro profundo amor hacia todos ustedes. Muchos de nosotros hemos expresado y escrito públicamente que creemos que la inmigración, los movimientos de personas, son orquestados por Dios para avanzar su Reino. Creemos que la presencia del Espíritu Santo que ungió a creyentes hispanos en EE.UU. es parte del plan de Dios para traer reavivamiento y justicia a esta nación.
Nos unimos a usted en oración: 1) por sabiduría, rectitud y justicia para nuestros funcionarios elegidos a medida que vayan tomando decisiones en cuanto a los asuntos migratorios; 2) para que no tengamos un espíritu de temor sino de “poder, amor y mente sana” al responder (2 Timoteo 1:7); 3) para que el Espíritu Santo nos use como “ministros de reconciliación” en medio de este mundo pecaminoso (2 Corintios 5:18-19).
Las siguientes palabras de parte de Jesús, enunciadas en el evangelio de Juan, me dan esperanza. En Juan 6:19-20, los discípulos estaban atemorizados en medio de la tormenta cuando vieron que Jesús se acercaba a su barca caminando sobre las aguas tormentosas y les dice, “Yo soy, no temáis”. En Juan 20:19, los discípulos estaban encerrados en un cuarto pues temían, llegó Jesús y, puesto en medio, les dijo: ¡Paz a vosotros!
El liderazgo de la IPHC ora por todos ustedes y demás personas en EE.UU., ya que nos amamos los unos a los otros en Cristo y somos testigos de su gracia y verdad, “Yo soy”.
Sinceramente,
Dr. A.D. Beacham, Jr.
Superintendente General IPHC