La primera mujer predicadora que recuerdo es la hermana Katie Campbell. Por lo general, todos los años ella venía a la iglesia de mi padre ubicada en South Norfolk, Virginia, para dar avivamientos. Venía tan frecuentemente, que pasóa ser mi tía Katie. En aquellos tiempos, el evangelista se hospedaba en casa del pastor anfitrión…conocida por su ministerio alentador para con las personas, predicar la Palabra y cantar; como jovencito la recuerdo porque ella me prestaba atención. Durante mi adolescencia, recibíuna tarjeta de cumpleaños de su parte con un chicle pegado en el interior; muy poco sabía que tendría el privilegio de ser encaminado y recibir tutoría como pastor de parte de su hijo, el Rev. Carl L. Campbell.
En Santiago, Chile en la 6aAsamblea Global de la IPHC a finales de febrero, escuchéa la pastora Joanne Wong de Wing Kwong de la IPHC en Hong Kong predicar sobre la IPHC como un sitio de esperanza. Que yo sepa, ella fue la primera mujer de la IPHC en predicar en el púlpito de la iglesia de Jotabeche, la Catedral Evangélica de Chile. En su mensaje de Tito 2:11-14, hablósobre “el entrenamiento para decir ‘No,’” y “para decir ‘Si’”. Bien preparado, exegéticamente sano, y bien comunicado, su presencia y mensaje para la familia global de la IPHC fue un recordatorio visible de nuestra gratitud con respecto a que el Espíritu Santo continúa siendo derramado sobre nosotros por medio de sus hijas y siervas (Joel 2:28, 2; Hechos 2:17, 18).
He estado en los terrenos del cementerio Happy Valleyubicado en Hong Kong en donde las colinas tienen varias lápidas marcadas así“un misionero pentecostal” que vino después de 1906 a vivir y morir entre los chinos. Una de esas, Anna M. Deane misionera de la IPHC, que fallecióel 12 de agosto de 1918; su sobrina más joven, la señorita Anna Deane Cole, sirvió junto con ella durante siete años. Ellas hacen parte de los primeros frutos de damas de la IPHC que obedecieron al Señor y sirvieron en China, África, India, Latinoamérica y Europa.
En el presente, a través de The Awakening, toda una nueva generación de mujeres jóvenes está respondiendo ante el llamado misionero y al fiel servicio de Jesús. La buena noticia es que vienen de diferentes países, idiomas, y culturas, todas comprometidas a ser un sitio de esperanza y gente de promesa. Lee Grady, ministro de la IPHC, es un gran defensor mundial de las mujeres en el servicio para Jesús.
En Los EE.UU. es de gran alegría descubrir el gran número de mujeres que se encuentran pastoreando congregaciones de la IPHC; algunas lo hacen junto con sus esposos. Otras tantas son solteras o tienen el apoyo de sus esposos mientras desempeñan la labor como pastores principales. De lo que he visto, el gran grupo de mujeres que pastorean se encuentra probablemente en la Conferencia Appalachian. Estoy muy agradecido por el apoyo y oportunidades que dichas damas reciben de parte de su liderazgo; y por las pastoras piadosas que sirvieron en las iglesias crecientes y efectivas mientras yo era el superintendente en Georgia.
El Espíritu Santo está levantando a una nueva generación de mujeres jóvenes que fielmente se preparan para el ministerio en nuestras iglesias. Algunas como Karen Lucas en North Carolina, se encuentran en el seminario y sirviendo en congregaciones locales; otras como Samantha McCutcheon en South Carolina, sirven como evangelistas, inspirando a personas de todas las edades.
En mi mensaje de clausura en la 6aAsamblea Global, mencioné lo que creo han de ser las cinco cosas claves que debemos hacer durante los siguientes 14 años mientras nos preparamos para “Arise 2033”, la conmemoración número 2000 de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús, y el envío del Espíritu Santo en el Pentecostés. Las primeras tres, son las más relevantes de este artículo.
- Debemos pedirle al Señor de la cosecha por la ola más grande, nunca vista, de obreros cristianos, misioneros, pastores, evangelistas, maestros, y apóstoles. Realmente creo que, en este mundo de tinieblas, el Espíritu Santo obra sin ser detectado, preparando un gran número de anfitriones obreros para su cosecha.
- Durante los próximos 14 años, todos los pastores, evangelistas, maestros, ejecutivos de denominaciones han de predicar sobre el llamado de servir y extender la invitación.
- Debemos equipar y enviar aquellos a quienes Dios llama para su impacto máximo mientras obedecen al Espíritu Santo.
Si bien ninguno de nosotros puede llamar a otro al ministerio (ya que es la obra exclusiva del Espíritu Santo), sin embargo, podemos hablar del llamado, extender el mismo, caminar junto con los que tienen discernimiento de dicho llamado de Dios, y ofrecerles guía a los que responden. Necesitamos todo lo que el Señor llamará a su campo de cosecha…las mujeres son parte vital para la extensión y la respuesta al llamado.
En la IPHC y durante los próximos 14 años y alrededor del globo, que miles de mujeres se “levanten” ante el llamado de Jesús y entren a los diversos campos de servicio a los que él les guíe.
Columna por Beacham para marzo 2019 Encourage